“… a
otro, profecía… a otro, diversos géneros de lenguas; y a otro, interpretación
de lenguas”.
1
Corintios 12:10 (RV60)
El
segundo grupo de tres dones están incluidos en los dones de palabra, o dones de
inspiración los cuales son don de profecía, don de diversos géneros de lenguas
y don de interpretación de lenguas. Los dones de palabra son aquellos entregados por el Espíritu Santo a su
iglesia con el fin de impartirle el poder para hablar como Dios mismo lo haría.
Estos son los
que con más frecuencia se presentan en la congregación debido a que contribuyen
con la edificación del cuerpo de Cristo, y por lo tanto presentan una
regulación bíblica en cuanto a su ejercicio. Estos dones son conocidos como la
voz de Dios en la iglesia ya que a través de los creyentes que los poseen el
Espíritu Santo se comunica sobrenaturalmente. Los dones de palabra se dividen
en tres grupos:
1.
Diversos géneros de lenguas.
2.
Interpretación de lenguas.
3.
Profecía.
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Dones de Palabra |
Diversos Géneros de Lenguas.
La
palabra lenguas proviene del griego glossa
(γλῶσσα) que quiere decir “otro
idioma” y es aquel don por el cual Dios entrega a la Iglesia un mensaje en
otro idioma para ser interpretado. Existe diferencia entre el hablar lenguas
como evidencia de haber recibido el bautismo del Espíritu Santo y el don de
lenguas. En primer lugar, el don de lenguas tiene una interpretación; la
evidencia del Bautismo del Espíritu Santo no la tiene. En segundo lugar, el
ejercicio del don de lenguas es breve, para dar lugar a la interpretación; la
evidencia del bautismo del Espíritu Santo puede prolongarse más de lo que haría
el don. Aparte de todo estos el don de lenguas se puede hablar en lenguas humanas o angélicas: “Si yo hablase
lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que
resuena o címbalo que retiñe”, (1 Corintios 13:1, RV60). En la Biblia
podemos encontrar algunas razones por las cuales los creyentes debemos buscar
estos dones:
1.
El que habla
en lenguas habla con Dios y no a los hombres y se edifica a sí mismo: “Porque el que habla en lenguas no habla a los hombres, sino a Dios;
pues nadie le entiende, aunque por el Espíritu habla misterios... El que habla
en lengua extraña, a sí mismo se edifica...”, (1 Corintios 14:2, 4, RV60).
2. Las
lenguas son señal a los incrédulos, para que se den cuenta que Dios está entre
los creyentes: “Así
que, las lenguas son señal, no a los creyentes, sino a los incrédulos; pero la
profecía, no a los incrédulos, sino a los creyentes”, (1 Corintios
14:22, RV60).
3.
Las lenguas son una evidencia de ser un cristiano: “Y estas señales seguirán a los que creen: En
mi nombre echarán fuera demonio; hablaran nuevas lenguas, tomarán en las manos
serpientes, y si bebieran cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos
pondrán sus manos y sanarán”, (Marcos 16:17-18, RV60).
4.
Nos da la facultad de orar en el Espíritu: “Porque si yo oro en lenguas, mi espíritu ora,
pero mi entendimiento no se beneficia en nada”, (1 Corintios 14:14, NVI).
También nos ayuda a pedir como conviene: “Así mismo, en nuestra debilidad el Espíritu acude a
ayudarnos. No sabemos que pedir, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros
con gemidos que no pueden expresarse con palabras”, (Romanos 8:26, NVI).
Interpretación de Lenguas.
“Por esta razón, el que habla en lenguas pida en oración
el don de interpretar lo que diga”.
1 Corintios 14:13 (NVI)
La palabra
interpretación proviene del griego jermenía
(ἑρμηνεία) y significa exactamente eso, interpretación. El don de interpretación de lenguas
es el poder de Dios impartido de manera sobrenatural a algunos creyentes para
entender y explicar el significado de los diversos géneros de lenguas. Esta
interpretación viene de una manera inspirada al corazón del cristiano, siendo
la interpretación no literal, sino una explicación del mensaje expuesto en
otras lenguas, a tal punto que el mensaje en otras lenguas puede ser más corto
que la interpretación.
El don de Profecía.
“Empéñense
en seguir el amor y ambicionen los dones espirituales, sobre todo el de
profecía. Porque el que habla en lenguas no habla a los demás sino a Dios. En
realidad, nadie le entiende lo que dice, pues habla misterios por el Espíritu. En cambio, el que profetiza habla a los demás
para edificarlos, animarlos y consolarlos. El que habla en lenguas se edifica a
sí mismo; en cambio, el que profetiza edifica a la iglesia. Yo quisiera que
todos ustedes hablaran en lenguas, pero mucho más que profetizarán. El que
profetiza aventaja al que habla en lenguas, a menos que éste también interprete,
para que la iglesia reciba edificación”.
1
Corintios 14:1-5 (NVI)
La palabra profecía proviene del
griego profeteia (προφητεία)
que significa la proclamación de la
mente y el consejo de Dios. El don de
profecía es un mensaje de Dios para la iglesia en el idioma local el cual tiene
como finalidad la edificación, exhortación y consolación del cuerpo de Cristo. Veamos
en detalle el significado de estos tres elementos del don de profecía: el
que profetiza habla a los demás para edificarlos, animarlos y consolarlos.
1.
Edificación, del griego oikodomé (οἰκοδομή), palabra que denota el acto de construir una casa (oikos, hogar, y domeo,
construir). Se usa metafóricamente en el sentido de promover el crecimiento
espiritual y el desarrollo del carácter del creyente por medio de la profecía.
2.
Exhortación o animar, el cual se traduce del griego paráklesis (παράκλησις) y se usa en el sentido amonestar, animar o apremiar a alguien para que siga un curso de conducta.
3.
Consolación, del griego paramusía (παραμυθία) que literalmente significa llamar al
lado de uno. Es la cualidad donada por Dios a algunos creyentes con el
propósito de persuadir, despertar y estimular.
Existe una diferencia
entre la profecía de las Escrituras y el don de profecía. La profecía de las
Sagradas Escrituras es infalible: “Entonces Jesús tomó aparte a los doce y les dijo: Ahora
vamos rumbo a Jerusalén, donde se cumplirá todo lo que escribieron los profetas
acerca del Hijo del Hombre”, (Lucas 18:31, NVI); mientras que el don
de profecía se somete a prueba para decidir si realmente viene de Dios o no: “Asimismo, los profetas hablen dos o tres, y los demás
juzguen”, (1 Corintios 14:29, RV60). Así mismo se limita únicamente
a exhortar, consolar y edificar: “...El que profetiza habla a los hombres para edificación,
exhortación y consolación”, (1 Corintios 14:3, RVA).
Finalmente, la Biblia regula el ejercicio
de los dones de revelación dentro de la iglesia.
“¿Qué
concluimos, hermanos? Que cuando se reúnan, cada uno puede tener un himno, una
enseñanza, una revelación, un mensaje en lenguas, o una interpretación. Todo
debe hacerse para la edificación de la iglesia. Si se habla en lenguas, que
hablen dos –o cuanto mucho tres–, cada uno por turno; y que alguien interprete.
Si no hay interprete, que guarden silencio en la iglesia y que cada uno hable
para sí mismo y para Dios. En cuanto a los profetas, que hablen dos o tres, y
que los demás examinen con cuidado lo dicho. Si alguien que está sentado recibe
una revelación, el que esté hablando ceda la palabra. Así todos pueden
profetizar por turno, para que todos reciban instrucción y aliento. El don de
profecía está bajo el control de los profetas, porque Dios no es un Dios de
desorden sino de paz”.
1
Corintios 14:26-33 (NVI)
Aquí se mencionan tres restricciones en
cuanto a las lenguas en la iglesia:
1. Solo
dos o tres deben hacerlo en cada reunión.
2. Deben
hacerlo por turno.
3. Debe
haber interpretación.
Estas palabras parecen indicar que aquél que hablara en
lenguas en la iglesia tenía la responsabilidad de asegurarse de que hubiera
alguien presente que pudiera interpretar su mensaje; aunque la misma Biblia
enseña que el creyente que habla en lenguas puede también interpretar: “Por esta razón, el que habla en lenguas pida en oración
el don de interpretar lo que diga”, (1
Corintios 14:13, NVI).
En cuanto al don de profecía, que hablen
dos o tres, y por turno, y los mismos profetas deben examinar con cuidado lo
que el otro dice, para decidir si es válido el mensaje: En cuanto a los profetas, que hablen dos o
tres, y que los demás examinen con cuidado lo dicho. La Biblia nos
enseña que ni el don de profecía ni el don de lenguas se produce en medio de un
éxtasis emocional incontrolable. Pablo insiste que en que estos dones están
bajo el control de los mismos que los usan.
EXCELENTE MUY BIEN EXPLICADO, MUCHAS GRACIAS
ResponderBorrarLa paz de Cristo. Saludo desde Colombia a los administradores de esta block. Llevo muchos años estudiando este tema, y nunca había hallado un artículo en el que desarrolle la explicación con tanta claridad y amplitud.
ResponderBorrarSolamente, Gracias en el Señor Jesucristo y su Espíritu.