“Y Jehová dijo a Gedeón: El pueblo que está
contigo es mucho para que yo entregue a los madianitas en su mano, no sea que
se alabe Israel contra mí, diciendo: Mi mano me ha salvado. Ahora, pues, haz
pregonar en oídos del pueblo, diciendo: Quien tema y se estremezca, madrugue y
devuélvase desde el monte de Galaad. Y se devolvieron de los del pueblo
veintidós mil, y quedaron diez mil. Y Jehová dijo a Gedeón: Aún es mucho el
pueblo; llévalos a las aguas, y allí te los probaré; y del que yo te diga: Vaya
éste contigo, irá contigo; mas de cualquiera que yo te diga: Este no vaya contigo,
el tal no irá. Entonces llevó el pueblo a las aguas; y Jehová dijo a Gedeón:
Cualquiera que lamiere las aguas con su lengua como lame el perro, a aquél
pondrás aparte; asimismo a cualquiera que se doblare sobre sus rodillas para
beber. Y fue el número de los que lamieron llevando el agua con la mano a su
boca, trescientos hombres; y todo el resto del pueblo se dobló sobre sus
rodillas para beber las aguas. Entonces
Jehová dijo a Gedeón: Con estos trescientos hombres que lamieron el agua os
salvaré, y entregaré a los madianitas en tus manos; y váyase toda la demás
gente cada uno a su lugar”.
Jueces 7:2-7
INTRODUCCIÓN
La vida cristiana esta llena de desafíos,
especialmente para aquellos que trabajan en la obra del Señor, sin embargo,
cuando se presentan los retos no todos los enfrentan con la actitud correcta. En
el pasaje anterior lo podemos ver cuando Dios llamo a Gedeón a liberar a su
pueblo de la opresión de los madianitas los cuales eran un ejército fuerte y
temible. Veamos la actitud que cada uno de los grupos tomo.
Gedeón y sus 300 valientes |
I. EL GRUPO DE LOS QUE SE ATEMORIZAN POR LOS DESAFÍOS.
“Ahora, pues, haz pregonar en oídos del pueblo,
diciendo: Quien tema y se estremezca, madrugue y devuélvase desde el monte de
Galaad. Y se devolvieron de los del pueblo veintidós mil, y quedaron diez mil…”
El primer grupo que encontramos son
los que se atemorizan ante el desafío que se presenta. En general la vida cristiana tiene desafíos que requieren de
nosotros un carácter y fe más firme. En la Biblia encontramos muchos ejemplos
de aquellos que por haberse atemorizado ante los desafíos fueron excluidos de
las bendiciones que Dios tenia preparados para ellos.
1. Saúl e
Israel se atemorizaron ante Goliat en lugar de confiar en Dios para derrotarlo,
por tanto se le dio la victoria a David. (“Oyendo Saúl y todo Israel estas palabras del filisteo, se
turbaron y tuvieron gran miedo”. 1 Samuel 17:11).
2. Apocalipsis
21:8 dice que los cobardes estarán fuera del reino de Dios: “Pero los cobardes e
incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los
idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego
y azufre, que es la muerte segunda”.
3. Barac era
el hombre que Dios había llamado para liberar a su pueblo de manos de los
cananeos en tiempos de los Jueces; pero como se negó a ir solo a la batalla,
sino solo si Débora la profetiza lo acompañaba, el mayor reconocimiento lo
llevo Débora. (“Y
ella envió a llamar a Barac hijo de Abinoam, de Cedes de Neftalí, y le dijo:
¿No te ha mandado Jehová Dios de Israel, diciendo: Ve, junta a tu gente en el
monte de Tabor, y toma contigo diez mil hombres de la tribu de Neftalí y de la
tribu de Zabulón; y yo atraeré hacia ti al arroyo de Cisón a Sísara, capitán
del ejército de Jabín, con sus carros y su ejército, y lo entregaré en tus
manos? Barac le respondió: Si tú fueres
conmigo, yo iré; pero si no fueres conmigo, no iré. Ella dijo: Iré contigo; mas
no será tuya la gloria de la jornada que emprendes, porque en mano de mujer
venderá Jehová a Sísara. Y levantándose Débora, fue con Barac a Cedes”. Jueces
4:6-9).
Sin embargo la Biblia nos exhorta a tener confianza en las promesas de Dios.
“Porque no nos ha dado Dios espíritu de
cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio”.
2 Timoteo 1:7
“Velad, estad firmes en la fe; portaos
varonilmente, y esforzaos”.
1 Corintios 16:13
II. EL GRUPO DE LOS QUE TOMAN LOS DESAFÍOS INDOLENTEMENTE.
“…Y Jehová dijo a Gedeón: Aún es mucho el
pueblo; llévalos a las aguas, y allí te los probaré; y del que yo te diga: Vaya
éste contigo, irá contigo; mas de cualquiera que yo te diga: Este no vaya contigo,
el tal no irá. Entonces llevó el pueblo a las aguas; y Jehová dijo a Gedeón:
Cualquiera que lamiere las aguas con su lengua como lame el perro, a aquél
pondrás aparte; asimismo a cualquiera que se doblare sobre sus rodillas para
beber. Y fue el número de los que
lamieron llevando el agua con la mano a su boca, trescientos hombres…”
Este
representa al grupo de los indolentes. De acuerdo al diccionario la palabra
indolente se aplica a la persona que no tiene voluntad, energía o ánimo para
hacer algo o para moverse, se comportan de manera irresponsable sin el más
mínimo sentido de urgencia.
“Maldito el que hiciere indolentemente la
obra de Jehová, y maldito el que detuviere de la sangre su espada”.
Jeremías 48:10
En el libro de Malaquías el Señor
reprende a Israel por comportarse irresponsablemente con el servicio de su
culto y ofrendas.
“Porque desde donde el sol nace hasta donde
se pone, es grande mi nombre entre las naciones; y en todo lugar se ofrece a mi
nombre incienso y ofrenda limpia, porque grande es mi nombre entre las
naciones, dice Jehová de los ejércitos. Y vosotros lo habéis profanado cuando
decís: Inmunda es la mesa de Jehová, y cuando decís que su alimento es
despreciable. Habéis además dicho: ¡Oh, qué fastidio es esto! y me despreciáis,
dice Jehová de los ejércitos; y trajisteis lo hurtado, o cojo, o enfermo, y
presentasteis ofrenda. ¿Aceptaré yo eso de vuestra mano? dice Jehová. Maldito
el que engaña, el que teniendo machos en su rebaño, promete, y sacrifica a
Jehová lo dañado. Porque yo soy Gran Rey, dice Jehová de los ejércitos, y mi nombre
es temible entre las naciones”.
Malaquías 1:11-14
El Señor odia el pecado de la
indolencia, especialmente en su obra, por el contrario exhorta a su pueblo a
ser responsables con su vida cristiana.
“Por tanto, es necesario que con más diligencia
atendamos a las cosas que hemos oído, no sea que nos deslicemos”.
Hebreos 2:1
III. EL GRUPO QUE ENFRENTAN LOS DESAFÍOS CON FE.
“… Entonces Jehová dijo a Gedeón: Con estos
trescientos hombres que lamieron el agua os salvaré, y entregaré a los
madianitas en tus manos; y váyase toda la demás gente cada uno a su lugar”.
Dios no necesita de grandes
cantidades de personas para cumplir sus propósitos, lo único que necesita es un
corazón que le crea y se permita usar por Él. Para poder lograrlo se necesita
un ingrediente indispensable: FE. Podemos ver muchos ejemplos de ellos en la
Biblia:
“Por
la fe Abel ofreció a Dios más excelente sacrificio que Caín”. (Hebreos
11:4).
“Por
la fe Enoc fue traspuesto para no ver muerte, y no fue hallado, porque lo
traspuso Dios; y antes que fuese traspuesto, tuvo testimonio de haber agradado
a Dios”. (Hebreos 11:2).
“Por
la fe Abraham, siendo llamado, obedeció para salir al lugar que había de
recibir como herencia; y salió sin saber a dónde iba. Por la fe habitó como
extranjero en la tierra prometida como en tierra ajena, morando en tiendas con
Isaac y Jacob, coherederos de la misma promesa; porque esperaba la ciudad que
tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios. Por la fe también la
misma Sara, siendo estéril, recibió fuerza para concebir; y dio a luz aun fuera
del tiempo de la edad, porque creyó que era fiel quien lo había prometido. Por
lo cual también, de uno, y ése ya casi muerto, salieron como las estrellas del
cielo en multitud, y como la arena innumerable que está a la orilla del mar”.
(Hebreos 11:7-12).
CONCLUSIÓN
Cuando se enfrente a grandes retos
podemos observar al menos tres grupos de personas:
1. La que se
atemorizan por lo grande del desafío.
2. Los que
se comportan de manera indolente y por ello son excluidos de los planes de
Dios.
3. Lo que
enfrentan con fe los desafíos y alcanzan grandes promesas.
¿En cual grupo nos incluimos?
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