“Después que partieron ellos, he aquí un ángel del Señor apareció en sueños a José y dijo: Levántate y toma al niño y a su madre, y huye a Egipto, y permanece allá hasta que yo te diga; porque acontecerá que Herodes buscará al niño para matarlo. Y él, despertando, tomó de noche al niño y a su madre, y se fue a Egipto, y estuvo allá hasta la muerte de Herodes; para que se cumpliese lo que dijo el Señor por medio del profeta, cuando dijo: De Egipto llamé a mi Hijo. Herodes entonces, cuando se vio burlado por los magos, se enojó mucho, y mandó matar a todos los niños menores de dos años que había en Belén y en todos sus alrededores, conforme al tiempo que había inquirido de los magos. Entonces se cumplió lo que fue dicho por el profeta Jeremías, cuando dijo: Voz fue oída en Ramá, Grande lamentación, lloro y gemido; Raquel que llora a sus hijos, Y no quiso ser consolada, porque perecieron. Pero después de muerto Herodes, he aquí un ángel del Señor apareció en sueños a José en Egipto, diciendo: Levántate, toma al niño y a su madre, y vete a tierra de Israel, porque han muerto los que procuraban la muerte del niño. Entonces él se levantó, y tomó al niño y a su madre, y vino a tierra de Israel. Pero oyendo que Arquelao reinaba en Judea en lugar de Herodes su padre, tuvo temor de ir allá; pero avisado por revelación en sueños, se fue a la región de Galilea, y vino y habitó en la ciudad que se llama Nazaret, para que se cumpliese lo que fue dicho por los profetas, que habría de ser llamado nazareno”.
Mateo 2:13-23
INTRODUCCIÓN
En esta sección de
la Escritura Mateo nos relata tres eventos importantes en la vida de Jesús. La
huida a Egipto, la muerte de Herodes el Grande y su regreso de Egipto a
Nazaret, todos revelados a José a través de sueños. Al mismo tiempo estos
eventos muestran como Dios está en control de todas las cosas, y aun las malas
sirven para que se cumplan sus propósitos, ya que todo esto contribuyo al
cumplimiento de profecías mesiánicas importantes que mostraban que Jesús
realmente es el Mesías que los judíos tanto esperaban. Otro detalle importante
de este segmento de Mateo es que uno puede observarse como José fue utilizado
por Dios como su principal instrumento para cumplir sus propósitos. Quizá entre
todos los personajes bíblicos José es alguien que casi pasa desapercibido entre
las páginas de la Biblia, de hecho, muy poco se habla de él, y solo aparece en
las primeras páginas de los evangelios según Mateo y Lucas para no volver a
aparecer en toda la Biblia; pero jugo un papel muy importante en los planes
divinos ya que fue por medio de él que la vida del Mesías fue preservada, y es
así que vemos cómo por medio de sueños
Dios le dio las indicaciones de lo que tenía que hacer, y lo hizo fielmente.
Quizás no haya mucho escrito referente a él, pero sus obras han quedadas
registradas en el libro divino y por ello recibirá su recompensa.
La huida a Egipto
“Después que partieron ellos, he aquí un ángel del Señor apareció en
sueños a José y dijo: Levántate y toma al niño y a su madre, y huye a Egipto, y permanece allá
hasta que yo te diga; porque acontecerá que Herodes buscará al niño para
matarlo. Y él, despertando, tomó de noche al niño y a su madre, y se fue a
Egipto, y estuvo allá hasta la muerte de Herodes; para que se cumpliese lo que
dijo el Señor por medio del profeta, cuando
dijo: De Egipto llamé a mi Hijo”.
Mateo 2:13-15
Posiblemente José
no sabía lo trascendental que serían sus acciones en la historia de la
humanidad al proteger la vida de Jesús. Una vez más el ángel del Señor se le
apareció para ordenarle que tomara a su esposa y al niño y huyeran a Egipto ya
que Herodes trataría de matarlo. En la antigüedad no era muy difícil creer que
Dios pudiese revelar algo a través de los sueños y el mismo José no puso en
dudas estas órdenes obedeciendo inmediatamente. El partir a Egipto no era nada
nuevo para un judío. Aquella nación que una vez los sometió como esclavos ahora
era una opción de refugio para ellos. De hecho, desde tiempo
vero-testamentarios los judíos solían huir a Egipto cuando sentían amenazas en
su propia nación a tal punto que para esta época existían muchas colonias
judías habitando allí y sin duda recibieron el apoyo como unos refugiados más.
Ahora bien, el hecho de que Jesús haya huido a Egipto ha sido mal utilizado por
los enemigos del cristianismo a tal punto que han especulado que la facultad
divina de los milagros y señales que operaba en su persona era consecuencia de
poderes que pudo adquirir en Egipto. Sin embargo, nosotros no creemos
semejantes disparates.
![]() |
La Huida a Egipto |
Es cierto
que Egipto ha sido una nación que con frecuencia se relacionó con la brujería.
Por ejemplo, el Talmud dice que el 90% de la brujería del mundo antiguo se
encontraba en Egipto: “Diez medidas de brujería descendieron al mundo; Egipto
recibió nueve, y el resto del mundo la otra”.
Así que, basado en esto, los enemigos de Jesús pretendían que había sido
en Egipto donde había aprendido la magia y la brujería que le permitieron hacer
milagros y engañar a la gente; pero nosotros sabemos que esto no es cierto. Además
de esto también existen muchas tradiciones que nos hablan acerca de lo que
ocurrió en el viaje hacia Egipto, sin embargo, la Biblia no da mayores detalles
de ello, así que nosotros nos limitamos a comentar solamente lo que el relato
bíblico dice. Podemos ver que el apóstol Mateo cita en estos versículos una
profecía del Antiguo Testamento que se encuentra en el libro del profeta Oseas,
y no será la última vez que lo hace, de hecho, aparecerá con frecuencia esta
expresión que tiene como finalidad asociar la persona de Jesús con las
profecías mesiánicas: para
que se cumpliese lo que dijo el Señor por medio del profeta,
cuando dijo: De Egipto llamé a mi
Hijo. Esta
profecía se encuentra en el libro de Oseas: “Cuando Israel era muchacho, yo lo amé, y de Egipto llamé a
mi hijo”, (Oseas 11:1),
y en su sentido original, la profecía hace referencia al amor que Dios tuvo por
Israel cuando era esclavo de Egipto, a tal punto que cuando lo libero de su
yugo decidió expresarlo en las palabras: de Egipto llamé a mi hijo. Ahora, Mateo relaciona
estas palabras para encajarlas perfectamente en la vida de Jesús ya que su
huida a Egipto traería como consecuencia su futuro regreso, y así el autor
podía decir una vez más: de Egipto llamé a mi hijo. De esta forma podemos ver como la vida del niño fue preservada a
través de una revelación en sueños que recibió José.
La matanza de los niños
“Herodes entonces, cuando se vio burlado por los magos, se enojó
mucho, y mandó matar a todos los niños menores de dos años que había en Belén y
en todos sus alrededores, conforme al tiempo que había inquirido de los magos.
Entonces se cumplió lo que fue dicho por el profeta Jeremías, cuando dijo: Voz fue oída en Ramá, Grande lamentación,
lloro y gemido; Raquel que llora a sus hijos, Y no quiso ser consolada, porque
perecieron”.
Mateo 2:16-18
Ahora, llegamos a
la sección que nos describe la matanza de los niños por parte del rey Herodes,
y de acuerdo a lo que se ha dicho de él no nos parece difícil de creer. La
historia de este hombre está llena de homicidios. Por ejemplo, no había hecho
más que subir al trono y ya empezó aniquilando el sanedrín, el tribunal supremo
de los judíos. Más tarde hizo una matanza improvisada de trescientos oficiales
de la corte. Después mató a su mujer Mariamne, a la madre de ésta, Alejandra, a
su propio primogénito Antípater, a otros dos hijos suyos, Alejandro y
Aristóbulo. Y a la hora de su muerte hizo los preparativos para la matanza de
muchos nobles de Jerusalén, por lo que era de esperarse que decidiera aniquilar
a aquel Niño que llamaban el Rey de los judíos. Parece increíble pensar como un
niño inocente e indefenso, hijo de una familia pobre, es salvado por Dios de
las manos de un rey malvado que lo quería matar, y en todo esto José fue el
hombre que Dios utilizo para tal fin. Esto nos hace pensar en la bendición que
los creyentes gozamos de tener la protección divina del Señor, porque cuantas
veces nuestras vidas han estado en peligro, pero el Señor nos ha librado, así
vemos como justo antes que el rey despliegue sus tropas en contra de los niños
de Belén, el ángel le advierte a José que salga de allí y huya a Egipto.
![]() |
La Matanza de los niños |
Es obvio
pensar que al enterarse Herodes que los magos lo habían burlado una furia
diabólica debió haberlo poseído a tal punto que decidió mandar a matar a todos
los niños de Belén. El texto nos dice que basado a la información que inquirió
de parte de los magos en cuanto al tiempo del nacimiento del Niño, decidió
mandar a matar a todos los niños menores de dos años: y mandó matar a todos los
niños menores de dos años que había en Belén y en todos sus alrededores,
conforme al tiempo que había inquirido de los magos. Por este dato que Mateo nos da se sugiere que
Jesús ya tenía al menos 2 años. Algo interesante es mencionar que esta matanza
no se encuentra registrada en algún otro libro de historia, sin embargo, no
olvidemos que Belén era un pequeño pueblecito cuyos habitantes no sobrepasaban
los 3000 habitantes, por lo que la cantidad de niños ejecutados a lo mejor no
sobrepasaba los 100, razón por la cual esta matanza no capto la atención de los
historiadores comparada a las otras atrocidades que Herodes había hecho en el
pasado. Así que, fuera de Mateo, no existe otro documento donde se narre este
incidente, sin embargo, no es una premisa concluyente para dejar de creer que
esto realmente pasó. Una vez más vemos como Dios utiliza hasta los peores
acontecimientos para cumplir su voluntad, ya que el apóstol cita una profecía
de Jeremías como un cumplimiento mesiánico más en la vida de Jesús: Voz
fue oída en Ramá, Grande lamentación, lloro y gemido; Raquel que llora a sus
hijos, Y no quiso ser consolada, porque perecieron. Este
acontecimiento de la matanza de los niños corresponde a una profecía de Jeremías:
“Así ha dicho
Jehová: Voz fue oída en Ramá, llanto y lloro amargo; Raquel que lamenta por sus
hijos, y no quiso ser consolada acerca de sus hijos, porque
perecieron”, (Jeremías 31:15). Los hijos de Raquel representan a las tribus
de Efraín y Manasés, las cuales eran de las más numerosas en el reino del
norte, y en esta profecía de Jeremías su llanto hace referencia al gran lamento
que las madres de estas naciones hicieron cuando todos fueron deportados a
Babilonia en el año 586 a.C., y de esta forma Mateo la toma para encajarla en
los acontecimientos que están dando cumplimiento al surgimiento del Mesías.
DE REGRESO A NAZARET
“Pero después de muerto Herodes, he aquí un ángel del Señor apareció
en sueños a José en Egipto, diciendo: Levántate, toma al niño y a su madre, y
vete a tierra de Israel, porque han muerto los que procuraban la muerte del
niño. Entonces él se levantó, y tomó al niño y a su madre, y vino a tierra de
Israel. Pero oyendo que Arquelao reinaba en Judea en lugar de Herodes su padre,
tuvo temor de ir allá; pero avisado por revelación en sueños, se fue a la
región de Galilea, y vino y habitó en la ciudad que se llama Nazaret, para
que se cumpliese lo que fue dicho por los profetas, que habría de ser llamado
nazareno”.
Mateo 2:19-23
Una vez más vemos
al ángel del Señor dándole indicaciones a José de lo que tenía que hacer por
medio de sueños. Prácticamente el tiempo de su regreso a la tierra santa estuvo
determinado por la muerte de Herodes el Grande: Levántate, toma al niño y a su
madre, y vete a tierra de Israel, porque han muerto los que procuraban la
muerte del niño. Herodes el Grande murió en el año 4 a.C. y en su
testamento decidió repartir su reino en tres de sus hijos. Así, al repartirlo
le quedo Judá, a Arquelao; Galilea, a Herodes Antipas, y la región lejana al
Nordeste y al otro lado del Jordán, a Felipe tal y como lo podemos visualizar
en el siguiente mapa.
![]() |
División del Reino de Herodes el Grande entre sus hijos |
Sin
embargo, Arquelao quiso igualar la crueldad de su padre a tal punto que
iniciando su reinado mando a matar a tres mil de los más influyentes en Israel
y durante su reinado se comportó con gran salvajismo e impiedad a tal punto que
los romanos lo destronaron en el año 6 d.C., reinando así solo diez años.
Posiblemente la manera de reinar de Arquelao represento una amenaza para José a
tal punto que considero un riesgo volver a Judá, por lo que la región de Galilea
reinada por Herodes Antipas pareció una mejor opción. Las Escrituras dejan
claro que esta elección estuvo influenciada por Dios: Pero oyendo que Arquelao
reinaba en Judea en lugar de Herodes su padre, tuvo temor de ir allá; pero
avisado por revelación en sueños, se fue a la región de Galilea. Al temer la brutalidad con la cual reinaba
Arquelao, Jose decidió irse a vivir a Nazaret, y de esta forma se cumple otra
profecía mesiánica, y por ello Mateo dice: habitó en la ciudad que se llama Nazaret, para
que se cumpliese lo que fue dicho por los profetas, que habría de ser llamado
nazareno. Ahora
bien, las palabras “…que habría de ser llamado nazareno”, no se
encuentran en el Antiguo Testamento de manera textual, por lo cual surge la
siguiente pregunta, ¿dónde aparece esta profecía? Bueno, existen dos posibles explicaciones para
esta interrogante. La primera es la que algunos sugerido considerando la
pronunciación fonética y significado etimológico de la palabra vástago o
renuevo. El profeta Isaías usa la palabra rama para hablar de la venida del
Mesías, por ejemplo, dice: “Saldrá una vara del tronco de
Isaí, y un vástago (nétser,נֵצֶר ) retoñará de sus raíces” (Isaías 11:1), La palabra para vástago en este
texto hebreo es nétser, en donde el vástago que retoñara del tronco de Isaí
es Jesús, el descendiente de David, el prometido Ungido Rey de Dios; y
nétser se parece en cuanto a pronunciación hebrea a la palabra nazareno,
que es nótsrí. Por tanto, algunos opinan que Mateo tenía en mente esta
profecía cuando dijo que sería llamado nazareno. Sin embargo, existe una
segunda opinión que a nosotros nos parece más posible y es el hecho de que
Mateo no está haciendo referencia a una sola profecía en específico, sino a
varias, y de allí que en este texto encontramos la referencia a la palabra
plural “profetas” en Mateo 2:23 como
una indicación de que el autor está considerando varias que profecías que
denotan el carácter de una persona menospreciada por las demás. De acuerdo con
las profecías el Mesías sería como un renuevo sin mayor hermosura o atractivo: “Subirá cual renuevo
delante de él, y como raíz de tierra seca; no
hay parecer en él, ni hermosura; le veremos, más sin atractivo para que le
deseemos”, (Isaías 53:2). En este sentido, el Mesías tendría un
proceder humilde que haría que la gente lo menospreciara y si había una aldea
cuyos habitantes eran menospreciados eran lo de Nazaret, por ello en algunas
ocasiones Jesús fue menospreciado por su gente al enterarse que venía de
Nazaret: “Felipe
halló a Natanael, y le dijo: Hemos hallado a aquel de quien escribió Moisés en
la ley, así como los profetas: a Jesús, el hijo de José, de Nazaret. Natanael le dijo: ¿De Nazaret puede salir
algo de bueno? Le dijo Felipe: Ven y ve”, (Juan 1:45-46). Nazaret llego
a ser una aldea que albergó a la guarnición romana en la parte de Galilea, por
tal motivo la aversión que los judíos sentían hacia la aldea era muy grande. Por
tanto, el hecho de que Jesús fuera menospreciado debido a su trasfondo nazareno
se ajusta apropiadamente con diversas profecías acerca del carácter humilde del
Mesías. Por ejemplo, encontramos una profecía mesiánica en el libro de los
Salmos que se ajusta a esto que estamos afirmando: “Más yo soy gusano, y no hombre; oprobio de los
hombres, y despreciado del pueblo. Todos los que me ven me escarnecen; estiran
la boca, menean la cabeza, diciendo: Se encomendó a Jehová; líbrele él; sálvele,
puesto que en él se complacía”, (Salmo 22:6-8). También en Isaías se nos
habla del escogido de Dios por medio del cual haría grandes cosas, pero este
escogido tiene un carácter frágil y sencillo: “He aquí mi siervo, yo le sostendré; mi escogido,
en quien mi alma tiene contentamiento he puesto sobre él mi Espíritu; él traerá
justicia a las naciones. No gritará, ni
alzará su voz, ni la hará oír en las calles.
No quebrará la caña cascada, ni apagará el pábilo que humeare; por medio
de la verdad traerá justicia. No se cansará ni desmayará, hasta que establezca
en la tierra justicia; y las costas esperarán su ley”, (Isaías
42:1-4). Por tanto, podemos ver el origen y carácter humilde del Mesías en
todas estas profecías, nadie llegaría a imaginarse que de un lugar así Dios
podría levantar a su Ungido, y en general, así es con Dios. Este mundo
generalmente favorece a aquellos de mejor apariencia y condición social, a los más
fuertes y sabios; pero el Señor se complace en exaltar a los humildes y usar
las vidas de aquellas personas que a los ojos de los demás son insignificantes,
pero en ellos el Señor se glorifica.
Una pregunta, no entiendo cuando dice que Herodes el grande murió 4 años antes de Cristo, pero que dice también que estuvo presente en su nacimiento y mando a matar a todos los niños de 2 años. No me cuadra
ResponderBorrarParece ser un error de redacción, como varios que se encuentran en esta página, pero lo lógico es que sea en el año 4 después de Cristo
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