“Y dijo el filisteo a David: ¿Soy yo perro,
para que vengas a mí con palos? Y maldijo a David por sus dioses. Dijo luego el
filisteo a David: Ven a mí, y daré tu carne a las aves del cielo y a las
bestias del campo. Entonces dijo David al filisteo: Tú vienes a mí con espada y
lanza y jabalina; mas yo vengo a ti en el nombre de Jehová de los ejércitos, el
Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has provocado. Jehová te
entregará hoy en mi mano, y yo te venceré, y te cortaré la cabeza, y daré hoy
los cuerpos de los filisteos a las aves del cielo y a las bestias de la tierra;
y toda la tierra sabrá que hay Dios en Israel.
Y sabrá toda esta congregación que Jehová no salva con espada y con
lanza; porque de Jehová es la batalla, y él os entregará en nuestras manos”.
1 Samuel 17:43-47
INTRODUCCIÓN
Develando el secreto de los
esqueletos gigantes de la India. Este fue el tema de un artículo publicado en
Internet donde comentaban los hallazgos arqueológicos descubiertos en la India
y que Nat Geo había editado en unos de sus muchos documentales. Las fotos
publicadas revelaban el descubrimiento de unos esqueletos de hombres
increíblemente más grandes que el hombre actual a los cuales llamaron los
esqueletos gigantes de la India. Respecto a esas fotos, unos decían que eran la
prueba científica de que los gigantes realmente existieron, mientras que otros
afirmaban que todo era un fraude. Sin embargo, la mitología y leyendas acerca
de gigantes están presentes en muchas antiguas culturas como los hindúes, los
griegos, los romanos e incluso entre las páginas de la Biblia.
Los Gigantes en la Biblia |
Aunque en el presente no existen
gigantes poderosos que causen temor y sometan al humano, en la sociedad se han
levantado otros tipos de gigantes que la tiene sometida a esclavitud. La
pornografía, el adulterio, la delincuencia juvenil, las drogas son algunos
gigantes que la sociedad no puede vencer. La pregunta seria, ¿cómo vencerlos? El siguiente relato bíblico nos habla acerca
de esto.
I. DOS PUEBLOS EN ORDEN DE BATALLA.
La historia bíblica inicia con dos
pueblos puesto en orden de batalla donde se dan los siguientes acontecimientos:
1. Ambos
pueblos estaban listos para la batalla: “Y los filisteos estaban sobre un monte a un lado, e Israel
estaba sobre otro monte al otro lado, y el valle entre ellos”. (1
Samuel 17:3).
2. En medio
de ellos aparece un paladín filisteo: “Salió entonces del campamento de los filisteos un paladín,
el cual se llamaba Goliat, de Gat…” (1 Samuel 17:4a).
3. El
gigante era atemorizante: y tenía de altura seis codos y un palmo (casi 3
metros). Y traía
un casco de bronce en su cabeza, y llevaba una cota de malla; y era el peso de
la cota cinco mil siclos de bronce. Sobre sus piernas traía grebas de bronce, y
jabalina de bronce entre sus hombros. El asta de su lanza era como un rodillo
de telar, y tenía el hierro de su lanza seiscientos siclos de hierro; e iba su
escudero delante de él”. (1 Samuel 17:4-7).
4. Sus
palabras desafiantes: “Y se paró y dio voces a los escuadrones de Israel,
diciéndoles: ¿Para qué os habéis puesto en orden de batalla? ¿No soy yo el
filisteo, y vosotros los siervos de Saúl? Escoged de entre vosotros un hombre
que venga contra mí. Si él pudiere pelear conmigo, y me venciere, nosotros
seremos vuestros siervos; y si yo pudiere más que él, y lo venciere, vosotros
seréis nuestros siervos y nos serviréis. Y añadió el filisteo: Hoy yo he
desafiado al campamento de Israel; dadme un hombre que pelee conmigo”.
1 Samuel 17:8-10.
5. El temor
cayó sobre Israel: “Oyendo Saúl y todo Israel estas palabras del filisteo, se
turbaron y tuvieron gran miedo”. 1 Samuel 17:11.
De igual manera los gigantes de la actualidad desafían a la sociedad
moderna, lamentable muchos viven esclavizados a éstos.
II. UN HOMBRE ACEPTA EL DESAFÍO DE RETAR AL GIGANTE.
Israel se paralizo ante la amenaza
de este poderoso gigante, sin embargo, Dios se tenia preparado a un hombre que
a los ojos humanos era el menos probable para enfrentar este desafío.
1. David es
enviado a buscar a sus hermanos: “Y David era hijo de aquel hombre efrateo de Belén de Judá,
cuyo nombre era Isaí, el cual tenía ocho hijos; y en el tiempo de Saúl este
hombre era viejo y de gran edad entre los hombres, Y los tres hijos mayores de
Isaí habían ido para seguir a Saúl a la guerra. …Pero David había ido y vuelto,
dejando a Saúl, para apacentar las ovejas de su padre en Belén…Y dijo Isaí a
David su hijo: Toma ahora para tus hermanos un efa de este grano tostado, y
estos diez panes, y llévalo pronto al campamento a tus hermanos”. (1 Samuel 17:12-13, 15, 17).
2. David
Escucha las amenaza del filisteo. “Venía, pues, aquel filisteo por la mañana y por la tarde, y
así lo hizo durante cuarenta días… Se levantó, pues, David de mañana, y dejando
las ovejas al cuidado de un guarda, se fue con su carga como Isaí le había
mandado; y llegó al campamento cuando el ejército salía en orden de batalla, y
daba el grito de combate…Mientras él hablaba con ellos, he aquí que aquel
paladín que se ponía en medio de los dos campamentos, que se llamaba Goliat, el
filisteo de Gat, salió de entre las filas de los filisteos y habló las mismas
palabras, y las oyó David”. (1
Samuel 17:16, 20, 23).
3. La voces
que nos desaniman a desafiar a los gigantes:
a) “Y oyéndole hablar Eliab su hermano mayor
con aquellos hombres, se encendió en ira contra David y dijo: ¿Para qué has
descendido acá? ¿y a quién has dejado aquellas pocas ovejas en el desierto? Yo
conozco tu soberbia y la malicia de tu corazón, que para ver la batalla has
venido”. 1 Samuel 17:28.
b) Dijo Saúl a David: No podrás tú ir contra
aquel filisteo, para pelear con él; porque tú eres muchacho, y él un hombre de
guerra desde su juventud. 1 Samuel 17:33.
4. David
declara su confianza en Dios: “Añadió David: Jehová, que me ha librado de las garras del
león y de las garras del oso, él también me librará de la mano de este
filisteo. Y dijo Saúl a David: Ve, y Jehová esté contigo”.1 Samuel
17:37.
5. Estos
gigantes no se pueden vencer con las
armas actuales: “Y
Saúl vistió a David con sus ropas, y puso sobre su cabeza un casco de bronce, y
le armó de coraza. Y ciñó David su espada sobre sus vestidos, y probó a andar,
porque nunca había hecho la prueba. Y dijo David a Saúl: Yo no puedo andar con
esto, porque nunca lo practiqué. Y David echó de sí aquellas cosas. Y tomó su
cayado en su mano, y escogió cinco piedras lisas del arroyo, y las puso en el
saco pastoril, en el zurrón que traía, y tomó su honda en su mano, y se fue
hacia el filisteo”. 1 Samuel 17:38-40.
6. La
recompensa por vencer al gigante: “Al que le venciere, el rey le enriquecerá con grandes
riquezas, y le dará su hija, y eximirá de tributos a la casa de su padre en
Israel”. 1 Samuel 17:25; de igual forma Dios promete recompensas a
los vencedores: A la iglesia de Éfeso le dice: “Al que venciere, le daré a comer del árbol de
la vida, el cual está en medio del
paraíso de Dios”. A Esmirna: “El que venciere, no
sufrirá daño de la segunda muerte”. A Pérgamo: “Al que venciere, daré a comer del maná
escondido, y le daré una piedrecita blanca, y en la piedrecita escrito un
nombre nuevo, el cual ninguno conoce sino aquel que lo recibe”. A
Tiatira: “Al que
venciere y guardare mis obras hasta el fin, yo le daré autoridad sobre las
naciones”. A Sardis: “El que venciere será vestido de vestiduras blancas; y no
borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi
Padre, y delante de sus ángeles”. A Filadelfia: “Al que venciere, yo lo haré columna en el
templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí; y escribiré sobre él el nombre
de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la cual
desciende del cielo, de mi Dios, y mi nombre nuevo”. A Laodicea: “Al que venciere, le
daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado
con mi Padre en su trono”.
Muchas personas se quedan
paralizadas ante los desafíos que se presentan a tal punto que ni siquiera se
atreven a intentar desafiarlos, otros que quieren enfrentarlos son desanimados
tal y como le paso a David, pero lo cierto es que aquellos que deciden confiar
en Dios y enfrentarlos les espera una gran recompensa.
III. DAVID NOS ENSEÑA COMO VENCER A LOS GIGANTES.
David nos
enseña que los desafíos se vencen confiando en la ayuda del Señor y no
apoyándonos en nuestras propias fuerza, a parte que la Batalla es del Señor y
que el será Él que pelee por nosotros.
1. David nos
enseña que la batalla es de Dios y no depende de nosotros: David al filisteo: Tú vienes a mí con espada y
lanza y jabalina; mas yo vengo a ti en el nombre de Jehová de los ejércitos… Y
sabrá toda esta congregación que Jehová no salva con espada y con lanza; porque
de Jehová es la batalla, y él os entregará en nuestras manos.
2. la victoria es de los que confían en el Señor. “Entonces respondió y me habló diciendo:
Esta es palabra de Jehová a Zorobabel, que dice: No con ejército, ni con
fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos”. Zacarías 4:6, “Pues aunque andamos en la carne, no militamos según
la carne; porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas
en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez
que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo
pensamiento a la obediencia a Cristo”, 2 Corintios 10:3-5.
CONCLUSIÓN
Muchos gigantes se presentaran en nuestra vida que
trataran de esclavizarnos a una vida sin Dios y sin esperanza, sin embargo, debemos desafiarlos y
vencerlos no usando nuestras propias fuerzas o habilidades, sino a través de la
ayuda del Espíritu Santo.
Linda palabra
ResponderBorrarHermosa enseñanza, Dios los bendiga
ResponderBorrarEn la búsqueda que tiene el mundo de probar la no existencia de Dios y su palabra santa, se consigue con enormes verdades de su real existencia como esta, Gloria a Dios
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