“Sed
sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda
alrededor buscando a quien devorar; al cual resistid firmes en la fe, sabiendo
que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el
mundo”.
1 Pedro 5:8-9
INTRODUCCIÓN
The lion never sleeps es el titulo
de un libro en ingles que exhorta a los cristianos a estar alertas contra los
ataques de nuestro enemigo, Satanás. En
él, el autor narra el comportamiento de los leones del África al momento de
cazar. Ellos se esconden entre la hierba casi imperceptible en dirección del viento
para evitar ser detectados, observando durante mucho tiempo a toda la manada
con el fin de identificar al elemento más débil y así cazarlo.
De igual manera, Satanás y sus
demonios nos observan buscando la oportunidad de atacar, tomando ventaja de
nuestras debilidades. La Biblia nos enseña como enfrentar a este enemigo.
Estar firmes en la fe |
I. ESTAR ALERTA.
El pasaje que leímos nos dice: Sed sobrios, y velad,
es decir, estar
alertas en todo momento ya que nuestro enemigo como león rugiente nos rodea
buscando la oportunidad de atacar. Pedro dice esto porque con Satanás se suele
cometer dos errores:
1. Ignorar
sus acechanzas a tal punto que seamos presas fáciles de sus ataques.
2. Llegar
a tener un interés enfermizo que nos lleve a involucrarnos en prácticas
ocultitas.
La
Biblia nos habla acerca de él y de sus intensiones malignas, es más sus propios
nombres lo desenmascaran:
1. Diablo:
significa acusador, lo vemos acusando a Job delante de Dios, al sumo sacerdote Josué
en el libro de Zacarías y Apocalipsis dice que él acusaba de día y de noche a
los creyentes.
2. Satanás:
significa oponente, el se opone siempre a la obra de Dios y el progreso del
cristiano. Se le opuso a Pablo cuando él quiso visitar a los Tesalonicenses, se
le opuso a Gabriel cuando Dios lo envió a Daniel para que le revelare la
profecía.
3. Tentador:
él es el que nos tienta para que caigamos en el pecado, lo hizo con Jesus en el
desierto, tentó a Eva en el huerto del Edén, tentó a David para que censara el
pueblo y no confiara en Dios.
4. Belcebú
o Baalzebud: señor de las moscas. Todo lo que toca lo
corrompe, en él no hay nada de pureza.
5. El
que se disfraza de ángel de luz: generalmente se presenta como bueno al igual
que sus ministros a través de la religión o situaciones que parecen ser buenas.
Engaño a Israel a través de sus falsos profetas como ahora lo hace por medio de
sus ministros mentirosos.
6. El
príncipe de este mundo: la Biblia dice que el mundo está bajo el
control del maligno.
7. El
príncipe de la potestad del aire: el tiene gobierno temporal y gobierna este
mundo a través de sus potestades malignas.
8. Apolión
o Abadón: El destructor. Su intensión es destruir.
Todos
estos nombres nos hablan de su carácter maligno y él es nuestro enemigo. Por
tanto, debemos estar preparados contra los ataque de este enemigo y no
subestimarlo, pero tampoco temerle, sino como dice Pedro: Sed sobrios, y velad… resistid firmes en la fe.
Sed
sobrios y velad significa estar alerta constantemente, pero para resistir sus
ataques debemos estar firmes en la fe, pero ¿cómo?
II. ESTAR FIRMES EN LA FE.
“Vestíos de toda la
armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del Diablo…
Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la
coraza de justicia, y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz.
Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de
fuego del maligno. Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu,
que es la palabra de Dios; orando en todo tiempo con toda oración y súplica en
el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los
santos; y por mí, a fin de que al abrir
mi boca me sea dada palabra para dar a conocer con denuedo el misterio del
evangelio”.
Efesios 6:11, 14-19
Para poder estar firmes y no caer,
Pablo nos exhorta a colocarnos toda la armadura de Dios. Posiblemente la
armadura del soldado romano inspiro a Pablo a hacer un símil entre las piezas
de la armadura del soldado y las armas espirituales. Veamos en qué consiste.
1.
El
cinturón de la verdad.
El cinturón sostenía la espada, la daga y el delantal de bronce y se llevaba en
todo tiempo ya que sin él podía quedar desnudo y sin armas. De igual forma, el
cinturón de la verdad representa nuestra integridad delante de Dios. El llevar
una vida santa, con buen testimonio de los de afuera nos da autoridad, sin
ésta, nos sentimos hipócritas y somos ineficientes ya que nosotros mismos somos
nuestros propios instrumentos. (“Porque nuestra gloria es esta: el testimonio de nuestra
conciencia, que con sencillez y sinceridad de Dios, no con sabiduría humana,
sino con la gracia de Dios, nos hemos conducido en el mundo, y mucho más con
vosotros”, 2 Corintios 1:12).
2.
Coraza
de justicia.
La coraza protegía todo el pecho y los órganos vitales del soldado. La coraza
de justifica es la justificación imputada a través de Cristo que hemos recibido
por gracia, a tal punto que Satanás no puede jugar con nuestros sentimientos y
hacernos sentir culpables por nuestros pecados ya que somos justos no por obras
sino por la gracia. (“y ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que es
por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por
la fe”, Filipenses 3:9).
3.
El
calzado del apresto (disposición y preparación) del evangelio. Eran adecuadas para marchar y
luchar más cómodamente. Esto representa nuestra disposición y preparación en la
predicación del mensaje del evangelio. Nuestro corazón debe estar dispuesto a
predicar en todo momento y debemos prepararnos constantemente para hacerlo.
Esta disposición y preparación representan un gran arma en contra de nuestro
enemigo (“Cuán
hermosos son sobre los montes los pies del que trae alegres nuevas, del que
anuncia la paz, del que trae nuevas del bien, del que publica salvación, del
que dice a Sion: ¡Tu Dios reina!”, Isaías 52:7).
4.
El
escudo de la fe.
El escudo del soldado romano permitía que éste se protegiera la mayor parte de
su cuerpo, así también nuestra fe en Dios es decisiva para protegernos de
cualquier ataque del enemigo. Nuestras débiles convicciones nos harán vulnerables
a los dardos del enemigo y no nos permitirán desarrollar nuestra vida cristiana
plenamente. (“Respondiendo
Jesús, les dijo: Tened fe en Dios. Porque de cierto os digo que cualquiera que
dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón,
sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho”,
Marcos 11:22-23).
5.
El
yelmo de la salvación.
El yelmo o casco protegían la cabeza de los ataques, así también nuestros
pensamientos deben estar protegidos con la gracia salvadora de Cristo. Muchas
veces el enemigo ataca nuestros pensamientos para afectar nuestras emociones y
posteriormente nuestras acciones. La mente es el campo de batalla donde el
diablo sabe que puede influir, ya que según sean nuestros pensamientos así
serán nuestras acciones, por tanto es importante que nuestra mente sea
influenciada por el evangelio. (“No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio
de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la
buena voluntad de Dios, agradable y perfecta”, (Romanos 12:2).
6.
La espada del Espíritu. La espada
era la única arma ofensiva que el soldado romano tenia, así también la palabra
de Dios que es la espada del Espíritu es el arma ofensiva que los creyentes
tenemos para atacar directamente al diablo. A través de ella Jesús se defendió
cuando fue tentado en el desierto respondiendo, escrito está (Lucas 4:1-13), Y
discierne las intensiones del corazón (“Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante
que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las
coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del
corazón”, Hebreos 4:12).
Finalmente el apóstol pide que todos
oren por todos los santos y por aquellos que predican su palabra para que así
el cristianismo prevalezca contra cualquier arma del diablo.
“Porque
las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la
destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta
contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la
obediencia a Cristo”.
2 Corintios 10:4-5
CONCLUSIÓN
1.
Debemos
velar y estar alertas y firmes en la fe no ignorando que hay un enemigo que nos
acecha.
2.
Para
estar firme y resistir debemos vestirnos con la armadura espiritual que Dios no
ha dado.
Excellente
ResponderBorrarBendiciones.!!
BorrarSigue así! Bendiciones
BorrarExcelente estudio
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